![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQFy_fOr3S-DXZVBLthvB-Fmm7VbombPWqmS-3eGHwyLkSpg2-Ojg6GVTS2Uh-3pq5H-xrMXhE2_qaTkDcLqmpC6U00ddNKAcW5GKSp23sCNrMwzrWzJQ6Vvw9GQduhofnNGi73gT_ckRo/s1600/Screen+Shot+2013-06-22+at+5.34.10+PM.png)
Considero
que es uno de los mejores montajes en cartelera. Una dirección limpia e
interesante que cubre cada milímetro del escenario con muy buen gusto, te lleva
a sufrir, reir y pensar con los personajes, hasta que una no acostumbrada mujer
a espectáculos de calidad interrumpe la función dos veces con su estrepitoso
sonido de celular y la música de Don Omar. Deberían decomisar los celulares y
triturarlos como penalidad cuando esto suceda.
Continuando
con el montaje de El hombre Elefante, el cual me transportó a la historia,
considero definitivamente que la actuación de Sebastian Reategui es
impresionante, y no diré hijo de quien es, porque creo que el talento es propio
y se ha ganado el reconocimiento del público a pulso con el muy buen trabajo
que viene desarrollando. Desde que aparece Sebastian hasta el final de la obra
nunca lo ví en escena, solo ví a Joseph Merrick, el hombre elefante. La
actuación de Mónica Dominguez y su melodiosa voz logra extraer sonrisas de la
audiencia y un ohhhhhh de un público
adicto al morbo cuando decide mostrar parte de su anatomía al deforme personaje,
dejando al público atónito. El aplomo de
uno de nuestros primeros actores Hernan Romero es imponente en el escenario. Los otros chicos en su mayoría están muy bien
en la puesta resaltando entre ellos Gonzalo Talavera y su personaje de gran
estafador.
El
sonido está bien con algunos chillidos técnicos y un par de cambios de escenas
un poco largos para mi gusto. El trabajo de la mujer que toca el chello es muy
interesante y te transporta al escenario, sin duda una pieza fundamental en
este montaje que te lleva a autoanalizarte sobre la aceptación.
Definitivamente
El Hombre Elefante en Teatro Mario
Vargas Llosa es el espectáculo que todos los limeños debemos ver, pero
recuerden apagar los celulares y dejarse llevar por la inocencia de Merrick.
No comments:
Post a Comment